"Desde su aparición, Internet ha sido un espacio ideal para todo tipo de vaticinios. Cada nueva posibilidad que ofrece la Red conlleva toneladas de opiniones que se reproducen como por generación espontánea.
Desde aquellos primeros años ’90 y su fiebre de las webs, hasta los días presentes con todo su escepticismo (legado de la debacle de las “punto com”), mucha tinta ha caído en las interminables discusiones que abordan, desde la incredulidad o la confianza, las nuevas herramientas virtuales.
Los Metaversos son el último objeto de discusión. El término es menos conocido que su objeto a definir. Ahorrémonos las referencias a los orígenes literarios del término y a sus implicaciones anarquistas. Con dicha palabra se definen los espacios que dentro de Internet intentan crear una suerte de mundo paralelo. Wow, Muse, Lineage, Eve, Entropia Universe y por supuesto Second Life, son buenos exponentes de lo recién mencionado. El usuario ingresa a la página y puede crearse una existencia paralela que le permite entablar relaciones, invertir dinero, propiedades o servicios virtuales con otro nombre y apariencia.Las opiniones que abundan en la Red acerca de los Metaversos replican los entusiasmos y miedos que ya constituyen un tópico.
En especial las de los profetas del desastre. Foros, blogs, websites, son las plataformas donde se pueden leer incontables textos que advierten sobre los peligros del exceso de confianza en estas herramientas; argumentos pomposos intentan ponernos en alerta recordando el ya mencionado fiasco de la década anterior, como si algo de eso no lo hubiésemos escuchado.
Frente a cualquiera que vea una forma innovadora de crear o llevar un negocio, aparece el espectro del fracaso. O lo imponen.
¿Por qué participar?
Sea lo que sea que se piense, existen consideraciones que fuera de cualquier paranoia, son básicas para analizar la posible evolución de estos nuevos sistemas comunicacionales. Los años de avances, las nuevas tecnologías, las investigaciones y en suma, el montón de experiencia acumulada, dan la clave para las apuestas dentro de los Metaversos. El panorama no es tan aterrador.No hay que ser un genio para advertir que Internet dista mucho de lo que conocimos, por ejemplo, hace sólo cinco años. Las redes sociales se han expandido como un virus.
La interactividad es el objetivo, y eso es lo que se busca al ingresar a Facebook, Youtube o Hulu. El común denominador es sentirse “dentro”.Así lo entienden en Sun Microsystems. Ellos han comenzado a dar forma a Sun’s MPK20, su propio Metaverso concebido como una plataforma de negocios. IBM, por su parte, invierte en Second Life fuertes cantidades de dinero para investigación y desarrollo de su isla, a pesar de la oleada de pronósticos pesimistas.
Ellas tienen claro que en el plano corporativo, por el momento, las mayores fortalezas de estos soportes facilitan el branding, la factibilidad para organizar actividades de formación a distancia en tiempo real, reuniones virtuales y acciones internas, entre otras.En la misma línea se mueve Electric Sheep (www.electricsheep.com). Esta consultora de diseño y estrategias de proyectos para marcas en mundos virtuales, ha sido contactada por varias firmas pertenecientes a la lista del Fortune 500 para que les sugieran estrategias de aproximación a Second Life.En el mundo del cual hablamos, la tendencia es a la integración.
Los negocios en los Metaversos se basan en el control de un servidor central de una empresa que provee el servicio, con lo que se pretende generar necesidades que incentiven el movimiento y creación de capital. El problema hasta ahora era la naturaleza cerrada de estos universos. Pero esto es algo que comienza a cambiar. Ya se trabaja en la manera de integrar Second Life con las demás “segundas vidas”. La idea es eliminar las barreras que entorpecen la comunicación entre la gente que utiliza estos “mundos”, como cuando se llama de un móvil de una compañía determinada al de otra.
“Libertad de movimiento”, podríamos decir. Concentrar servicios y productos en espacios virtuales unidos, tarde o temprano abrirá un mercado atractivo. Y hay que estar ahí.
Palabras más, palabras menos, lo que hay que entender es que si se tienen presentes los errores de hace 10 años, si las cosas se hacen con más calma, bajo perspectivas de mediano y largo plazo, no hay motivo para que se repita lo de las “punto com”. No se trata de evitar los Metaversos. El histerismo, el triunfalismo y el miedo a las ideas innovadoras son la peste de la que hay que huir. " (Grupo Inforpress.)
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