Bildunterschrift: Panorama del campus en construcción.El mundo virtual no reemplazará a las clásicas páginas de Internet de la universidad. “No es un instrumento de marketing, sino que tratamos de crear una plataforma para determinados usuarios especiales”, dice Hanno Tietgens, responsable del proyecto.
En el mundo virtual todo va muy rápido: hace dos semanas se colocó la primera piedra del edificio central de la Universidad de Hamburgo en el mundo virtual y hoy la columnata del portal se refleja ya en las aguas de la ciudad portuaria. Los “trabajos de construcción” van a toda marcha. Algunas aulas hace tiempo que están ya terminadas.
El año pasado se realizó en una de ellas un seminario sobre el tema “Marketing y organización de eventos deportivos”. Un grupo de 32 estudiantes asistió a las clases en un aula real de la universidad, mientras que otros seis siguieron las lecciones en un aula virtual en Second Life. Allí pudieron conversar, a través del módulo de voz, con docentes visitantes de Alemania, Suiza, Italia y Nueva Zelandia.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Un mundo de avatares.Estudiantes del Instituto de Informática Económica diseñaron por su parte un terminal de contenedores. Allí pueden ahora simular procesos logísticos y adaptar sus programas a las necesidades que vayan surgiendo en ese mundo virtual.
Las posibilidades de futuro de la Universidad de Hamburgo en esa “segunda vida” son prácticamente ilimitadas, agrega Tietgens. “Al fin y al cabo, la universidades pone a disposición de más de 40.000 estudiantes y unos 4.000 docentes una plataforma que todos pueden usar individualmente para desarrollar sus propias ideas”.
El campus en Second Life aprovecha el hecho de que muchos estudiantes están acostumbrados ya a asumir roles en mundos virtuales. El principio de sumergirse en un mundo digital ofrece numerosas ventajas también a estudiantes y docentes que trabajan conjuntamente en un mismo proyecto sin vivir en un mismo lugar.
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Todavía no son muchos los profesores que pueden imaginarse ejercer la docencia de esa forma. Pero hay señales de que el mundo virtual puede abrir formas de enseñanza completamente nuevas. Como gran parte del trabajo en los proyectos virtuales es realizado por estudiantes lejos del campus real, la plataforma digital adquiere creciente popularidad.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Un instituto de la Universidad de Hamburgo anuncia la construcción de su sede virtual en el campus.Second Life resuelve también un problema con el que luchan actualmente muchas universidades. Con la globalización ha aumentado enormemente el número de estudiantes que estudian algunos semestres en el extranjero. En el mundo virtual pueden continuar en contacto con proyectos de sus universidades de origen y sus compañeros de estudios.
Para proyectos en equipo en el mundo real es necesario poner a disposición recintos y materiales muy costosos. Todo ello no se necesita en Second Life. Cada participante asume un rol, a través de un “avatar”, o sea, un personaje digital y se mueve en espacios reservados para los miembros del grupo y protegidos con una clave.
El campus virtual también ofrece la posibilidad de mostrarles a los estudiantes cómo se desarrollan cursos en otras universidades, en tanto se establezca una cooperación entre ellas.
Todavía no son muchos los profesores que pueden imaginarse ejercer la docencia de esa forma. Pero hay señales de que el mundo virtual puede abrir formas de enseñanza completamente nuevas. Como gran parte del trabajo en los proyectos virtuales es realizado por estudiantes lejos del campus real, la plataforma digital adquiere creciente popularidad.
Bildunterschrift: Großansicht des Bildes mit der Bildunterschrift: Un instituto de la Universidad de Hamburgo anuncia la construcción de su sede virtual en el campus.Second Life resuelve también un problema con el que luchan actualmente muchas universidades. Con la globalización ha aumentado enormemente el número de estudiantes que estudian algunos semestres en el extranjero. En el mundo virtual pueden continuar en contacto con proyectos de sus universidades de origen y sus compañeros de estudios.
Para proyectos en equipo en el mundo real es necesario poner a disposición recintos y materiales muy costosos. Todo ello no se necesita en Second Life. Cada participante asume un rol, a través de un “avatar”, o sea, un personaje digital y se mueve en espacios reservados para los miembros del grupo y protegidos con una clave.
El campus virtual también ofrece la posibilidad de mostrarles a los estudiantes cómo se desarrollan cursos en otras universidades, en tanto se establezca una cooperación entre ellas.
La búsqueda de soluciones a determinados problemas comunes no quedaría limitada entonces a un determinado lugar, sino que discurriría paralelamente en varios países.
El mundo de Second Life universitario se halla aún en pañales, pero todo parece indicar que puede transformarse en una poderosa herramienta de intercambio entre estudiantes y universidades, sin pérdida de tiempo, sin traslados… y sin los enormes costos del mundo real.
El mundo de Second Life universitario se halla aún en pañales, pero todo parece indicar que puede transformarse en una poderosa herramienta de intercambio entre estudiantes y universidades, sin pérdida de tiempo, sin traslados… y sin los enormes costos del mundo real.