Un mundo virtual en tres dimensiones que se extiende más allá de las fronteras del Uideojuego y el cine, hay un planeta tan complejo como apasionante que pronto no sólo invadirá casi por completo el ciberespacio, sino que se aposentará en la Tierra, de hecho ya lo está, para ayudar a curar, a estudiar, a relacionarse y a trabajar. El universo 3D crece y crece y para controlar cómo lo hace, en España acaba de crearse el primer observatorio sobre metaversos. Ese es el nombre del organismo que preside Aitor Borrás, un asturiano nacido en Bilbao y emigrado a Ibiza, que asume con auténtico entusiasmo una tarea que «hace falta».
«El observatorio nace como un centro de captación de conocimientos y talentos, un foco de de transmición de ese conocimiento a empresas e instituciones y a la población en general», explica Aitor Morrás, quien detalla que en estos momentos esta tecnología emergente tiene un sinfín de desarrollos que precisan de una cierta coordinación que hasta ahora en España no existía. Se trata de mirar con ojos profesionales hacia dónde van las cosas, qué se está estudiando en tal o cual y universidad para detectar, también las necesidades de especialización de profesionales que se vayan creando.
No es baladí lo que plantea el presidente del observatorio, sabedor de que igual que en los últimos siete años la realidad virtual ha sufrido una auténtica revolución sobre todo en materia lúdica, en los siete que están por venir se multiplicará de manera exponencial. Si ahora existe Second Life y la posibilidad de que los avatares vivan felices en su mundo virtual, muy pronto se podrá saltar de un mundo a otro, se podrá viajar a través de la red de una manera similar a como se hace en la tierra, se podrá, en definitiva, navegar por internet en tres dimensiones.
Ese es un futuro que está cercano que requiere de respuestas. Por eso en este observatorio se han aliado empresas y universidades con el Gobierno de Baleares para empezar a hacer una especie de inventario del trabajo virtual. «En España, salvo excepciones, todas las empresas que nos dedicamos a realidad virtual somos pymes y estamos muy atomizadas por toda España, por eso nuestra primera labor es hacer un directorio de empresas y de grupos de investigación en universidades», detalla Morrás. Acaban de dar sus primeros pasos y abren las puertas a todos aquellos que quieran traspasarlas, a todos esos que saben que existen un sinfín de aplicaciones en educación, salud, empresa, comunicación... Como muestra un botón, la realidad virtual puede servir para que una persona pueda rehabilitarse de una lesión en su propia casa. Porque además de juegos lúdicos, los hay serios.
«A través de sensores una persona que tenga un defecto en una pierna puede hacer flexiones y extensiones y el sistema reconoce lo que se está haciendo en una pantalla a través de un avatar que representa el movimiento humano», explica Morrás, quien reconoce ciertas simitudes con la Wii, pero aclara que la diferencia es más que considerable. También hay aplicaciones en biomecánica clínica, para probar, por ejemplo, miembros ortopédicos para sustituir a los amputados. Todo eso y eso y muchísimo más que está por llegar.
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