Gregg Kaminsky, un emprendedor de comercio electrónico del área de Atlanta que evadió US$125.000 en impuestos sobre las ganancias de una cuenta bancaria secreta en Suiza y los ingresos generados en ese rincón del mundo virtual conocido como Second Life.
A principios de este mes, este hombre de 46 años, padre de dos niños de corta edad, se declaró culpable de un delito grave. A diferencia de muchos otros evasores de impuestos, Kaminsky deberá cumplir un tiempo en prisión.
En declaraciones a The Wall Street Journal, el empresario dijo que no es un “criminal codicioso empecinado en quebrar la ley” y que espera que la gente “no lo juzgue con demasiada dureza por este error”.
Los expertos dicen que su caso es una lección importante para todos los contribuyentes. “Si usted comete un error con su declaración de impuestos, no agrave el problema dándole al gobierno más evidencia para usar en contra suya”, dice Scott Michel, un abogado especializado en delitos impositivos de la firma Caplin y Drysdale en Washington.
¿Qué hizo Gregg Kaminsky? Esta es la lista de sus delitos, tal como consta en los documentos de la corte, con comentarios de expertos y del acusado:
Apertura de una cuenta secreta en Suiza. En el año 2000, Kaminsky creó una cuenta en el banco suizo
UBS.
UBS +0.84% La ley estadounidense requiere que los contribuyentes revelen al Departamento del Tesoro la existencia de cuentas en el extranjero con más US$10.000, para lo que hay que presentar un formulario anual. Kaminsky no presentó ese formulario sino hasta 2010, después de que el UBS admitió que había ayudado a contribuyentes estadounidenses a esconder dinero en el extranjero.
Kaminsky dice que su abuelo, quien había ayudado a familias judías a escapar de la persecución nazi en Europa, le había enseñado que guardara su dinero en otros lugares “por si acaso”.
Un portavoz de UBS se negó a comentar sobre el caso.
Hacer más depósitos en la cuenta y no declarar los intereses. Kaminsky hizo depósitos adicionales en su cuenta de UBS, lo cual agravó la falta inicial, y no declaró los intereses devengados, un nuevo delito. A mediados de 2005, la cuenta llegó a tener un máximo de US$1.150.000.
Omitir los activos suizos de sus pedidos de ayuda financiera. En 2007 y 2008 Kaminsky solicitó ayuda financiera federal, sin mencionar los activos en su cuenta suiza. Esta omisión le permitió calificar para un préstamo a una tasa de interés inferior a la del mercado para pagar la matrícula de US$17.000 de un programa de MBA ejecutivo en la Universidad Emory. Más tarde, Kaminsky pagó este préstamo.
Aunque este olvido podría parecer menor, Michel dice que permitió establecer un patrón de declaraciones falsas al fisco. Kaminsky dice que fue “uno de esos errores que se cometen cuando uno no está pensando correctamente”.
Ocultar aún más la cuenta secreta. Entre mayo y junio de 2009, después de saber que el gobierno de EE.UU. estaba investigando a UBS por ayudar a contribuyentes estadounidenses a esconder dinero fuera del país, Kaminsky transfirió los US$400.000 que entonces tenía en su cuenta de UBS a un banco en Hong Kong.
En ese momento les dijo a las autoridades de UBS que esperaba que “todo detalle respecto a la historia de esta cuenta se mantenga totalmente confidencial”.
Los expertos dicen que este tipo de acciones e instrucciones empeoran el problema, porque son evidencia de que el contribuyente ha querido romper las reglas. Los casos criminales de evasión fiscal deben tener este componente de “obstinación”.
A pesar de la petición de Kaminsky, UBS informó a las autoridades estadounidenses sobre su cuenta como parte del esfuerzo para evitar un juicio penal contra el banco.
Arruinar una confesión. En 2010, Kaminsky decidió rectificar sus errores pasados… pero lo hizo mal. Según él, un abogado le aconsejó que no era necesario que se inscribiera en el programa de amnistía limitada para personas con cuentas no declaradas en el extranjero. Este programa, administrado por el IRS, suele implicar duras sanciones, pero garantiza la ausencia de un proceso penal.
Kaminsky dice que le sugirieron rectificar sus últimas declaraciones de impuestos con la esperanza de reducir al mínimo las penas. Entonces fue que reveló la existencia delas cuentas de Suiza y Hong Kong.
Esta práctica se conoce como “quiet revelation” (algo así como “revelación silenciosa”), y los expertos dicen que es la apropiada para algunos contribuyentes. Pero Kaminsky volvió a omitir otros ingresos: los que había obtenido gracias a su participación en el juego de realidad virtual Second Life, en el que los participantes ganan un dinero virtual que luego puede ser canjeado por dinero real. Entre 2007 y 2013, Kaminsky obtuvo en este concepto ganancias por US$140.000. No informarlos al IRS fue otro error.
Y fue un error fatal. Poco enfurece más a los fiscales que una confesión que pretende ser completa, pero que no lo es.
“Si usted va a pedir perdón por haber falseado su declaración de impuestos, es en su propio interés que sea lo más honesto posible”, dice John Horn, Fiscal federal del Distrito Norte de Georgia, quien procesó el caso. Al presentar una declaración falsa, el contribuyente comite un segundo fraude.
Respecto a esta omisión, Kaminsky dice que “en aquel momento realmente no estaba claro para él” si dichos fondos estaban o no sujetos a impuestos.
En lo que no hay ninguna confusión es en el resultado del caso. Kaminsky ha pagado al IRS US$91.983 en carácter de restitución y más de US$250.000 por ocultar cuentas en el extranjero. El 4 de marzo pasado fue condenado a cuatro meses de prisión, más dos años de libertad bajo supervisión y 200 horas de servicio comunitario.